Verdad
Entre los abrazos no dados,
los besos guardados,
algunas palabras calladas
y mis ganas contenidas,
está este deseo de salir
de mi y dártelo todo,
de volverme sordo
y no escuchar esas palabras
que nos matan.
Ciego, para no ver a nadie
con las miradas de costado
sospechando lo que es verdad.
Más verdad que nada, más que nunca.
Pero es tarde, ya no estás.
Yo no estaré,
ni esas noches,
ni aquellas tardes,
ni tu boca en tu taza de café,
ni tu ceño serio,
ni el dulce de tu olor.
Nada, ni siquiera las lluvias.
Aunque a veces busco tu rastro
y me pierdo en las calles
de mi memoria, buscándote.
Todo se fue contigo
Todo amor, todo.
El Conde.